Un biomarcador potencial para el inicio de la psicosis en individuos de alto riesgo

La clave para ayudar a las personas que viven con afecciones neuropsiquiátricas incapacitantes, como la esquizofrenia, es identificar e intervenir proporcionando un tratamiento adecuado a las personas que están en alto riesgo antes de que presenten un episodio psicótico grave. Nuevos hallazgos indican que la detección temprana del riesgo en poblaciones vulnerables se puede lograr mediante el uso de la negatividad del desajuste auditivo (MMN), una medida de un potencial relacionado con eventos (ERP) bien definido que se genera en respuesta a estímulos auditivos irregulares e infrecuentes cambio. En otras palabras, MMN «se puede usar para evaluar la respuesta del cerebro a estímulos novedosos o desviados» y «se aplica a los trastornos asociados con trastornos en los procesos de información sensorial, incluidos los individuos con esquizofrenia», según los autores de un estudio reciente. publicado en Investigación y tratamiento de la esquizofrenia.

Los datos publicados anteriormente indican que las amplitudes de MMN se atenúan en pacientes con diagnóstico de esquizofrenia en comparación con los de individuos sanos típicos. Estos hallazgos también apuntan al hecho de que MMN puede servir como una herramienta predictiva, o un biomarcador, de la psicosis futura. En el pasado, los investigadores examinaron las amplitudes de MMN en pacientes en diferentes etapas de esquizofrenia, como primer episodio o crónica, así como en familiares de alto riesgo de personas con esquizofrenia, pero los experimentos proporcionaron resultados contradictorios.

En el estudio actual, los investigadores examinaron a los participantes para detectar un alto riesgo de psicosis mediante el uso del cuestionario prodrómico de 16 ítems (PQ), DSM-IV, que se utiliza para detectar la etapa 1 de 2 para detectar psicosis. En base a esta evaluación, los participantes fueron asignados a uno de dos grupos: si obtuvieron un puntaje entre 0 y 5, fueron asignados a una condición de control, y si obtuvieron un puntaje de 6 o más, fueron asignados a un grupo experimental de alto riesgo. Si los participantes informaron que tenían antecedentes de una afección psicológica o neurológica, o si informaron que tenían un familiar de primer grado con dicha enfermedad, quedaron excluidos de los análisis. Con respecto al paradigma auditivo MMN, los tonos irregulares (es decir, desviados) ocurrieron el 8% del tiempo durante el procedimiento experimental. Los investigadores colocaron los electrodos en las siguientes ubicaciones: Fz, Cz, Pz, mastoides izquierdo y derecho, lateral y superior del ojo derecho, un electrodo de tierra desde la frente y un electrodo de referencia desde la punta de la nariz.

Los resultados indican que, en promedio, en cada ubicación de electrodo (es decir, Fz, Czy Pz), los participantes en el grupo de alto riesgo demostraron significativamente menos amplitudes negativas, en comparación con los del grupo control de participantes. Aunque los autores no siguieron a los participantes a lo largo del tiempo para evaluar cuál de ellos, si alguno, experimentó un episodio psicótico, estos datos indican que «los correlatos neurofisiológicos también pueden ser una herramienta útil para acompañar los exámenes psicológicos para la psicosis», concluyeron.

Referencia

Pantlin LN, Davalos D. Neurofisiología para la detección de alto riesgo de psicosis. Tratamiento de esquizofr res. 2016: 2697971.

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