Un estudio publicado en el Revista estadounidense de psiquiatría indicaron cambios sorprendentes en el tratamiento del trastorno bipolar en los últimos 20 años, con antipsicóticos de segunda generación que reemplazaron en gran medida a los estabilizadores del humor tradicionales. El estudio también encontró que las recetas de antidepresivos seguían siendo comunes, a pesar de la falta de evidencia de eficacia, y el uso de psicoterapia disminuyó notablemente.
Los investigadores investigaron las tendencias en el tratamiento ambulatorio del trastorno bipolar con agentes farmacológicos basándose en datos representativos a nivel nacional de una muestra de 4419 visitas de las Encuestas nacionales de atención médica ambulatoria de 1997-2016. Las observaciones de visitas anuales se combinaron en bloques de 4 años: 1997–2000, 2001–2004, 2005–2008, 2009–2012 y 2013–2016, para evaluar los cambios a lo largo del tiempo. Los investigadores analizaron variables demográficas, subtipos de diagnóstico y el manejo psicofarmacológico a lo largo del tiempo, comparando enfoques entre clases de medicamentos, a saber, estabilizadores del estado de ánimo, antipsicóticos de primera y segunda generación y antidepresivos.
Durante el período de estudio, el número total de visitas relacionadas con el trastorno bipolar aumentó de 467,000 a 1.06 millones, lo que indica un aumento considerable en los diagnósticos. Durante este tiempo, un porcentaje menor de pacientes recibió psicoterapia (PAGS = .009), y significativamente menos visitas excedieron los 30 minutos en comparación con las visitas de 16 a 30 minutos (PAGS = .014). El uso de psicoterapia disminuyó de 50.9% a 35.7%.
Entre los períodos 1997–2000 y 2013–2016, el porcentaje de visitas relacionadas con el trastorno bipolar que involucran recetas antipsicóticas aumentó de 19.1% a 52.7%, principalmente debido a los antipsicóticos de segunda generación, mientras que la prescripción de antipsicóticos de primera generación disminuyó. Al comparar aún más los períodos 1997-2000 y 2013-2016, las visitas con recetas para cualquier estabilizador del estado de ánimo disminuyeron del 62.3% al 26.4%. Para los antidepresivos con o sin estabilizadores del ánimo o antipsicóticos, las recetas aumentaron significativamente de 47% a 57.5% entre los 2 períodos. Sin embargo, el uso de antidepresivos sin estabilizadores del ánimo aumentó de 17.9% a 40.9%. Las recetas de estimulantes aumentaron de 5.3% a 9.8%, pero las tasas de prescripción de benzodiacepinas no cambiaron (rango, 24% –31%).
Las limitaciones del estudio incluyeron la dependencia de diagnósticos clínicos inexactos y la falta de datos sobre pacientes individuales. No obstante, los investigadores concluyeron que los hallazgos apuntan a algunas tendencias preocupantes, con antipsicóticos de segunda generación que suplantan el litio y otros estabilizadores del estado de ánimo, independientemente de los «datos de efectividad comparativa» y «la persistencia de la prescripción de antidepresivos a pesar de la falta constante de evidencia». Señalaron que muchos medicamentos nuevos habían sido aprobados en el período de estudio, y las «campañas de marketing intensivas» promovieron los medicamentos a proveedores y pacientes.
Los investigadores escribieron: «Estos hallazgos podrían tener implicaciones importantes para la salud pública y demostrar la necesidad de análisis comparativos entre los antipsicóticos de segunda generación y los estabilizadores del estado de ánimo más antiguos … con respecto a la eficacia, la tolerabilidad y los efectos secundarios».
Referencia
Rhee TG, Olfson M, Nierenberg AA, Wilkinson ST. Tendencias de 20 años en el tratamiento farmacológico del trastorno bipolar por psiquiatras en entornos de atención ambulatoria (publicado en línea el 21 de abril de 2020). Am J Psychiatry. doi.org/10.1176/appi.ajp.2020.19091000