La terapia con antidepresivos CBT Plus suplementarios beneficia la depresión resistente al tratamiento

Los pacientes con depresión farmacorresistente en hospitales psiquiátricos pueden beneficiarse de la terapia cognitivo-conductual (TCC) administrada además del tratamiento habitual con medicamentos, según los resultados de un estudio publicado en el Revista de Psiquiatría Clínica.

Atsuo Nakagawa, MD, PhD, del Centro de Investigación Clínica, Keio University School of Medicine, Tokio, Japón, y sus colegas señalaron que ningún ensayo controlado aleatorio previo ha probado los beneficios de complementar el manejo de medicamentos de rutina con TCC en pacientes con farmacorresistencia depresión que recibe atención especializada psiquiátrica.

El ensayo controlado de 16 semanas, enmascarado por el evaluador, con un seguimiento de 12 meses, asignó al azar a 80 pacientes a TCC más tratamiento habitual (TAU) o TAU solo.

El estudio incluyó pacientes ambulatorios de 20 a 65 años con DSM-IV Criterios para el trastorno depresivo mayor (MDD) que se consideraron resistentes al tratamiento después de al menos 8 semanas de medicación antidepresiva, una escala de clasificación de depresión GRID-Hamilton de 17 ítems (GRID-HDRS17) puntuación ≥16, y un Método de estadificación de Maudsley para la puntuación de depresión resistente al tratamiento ≥3. El resultado primario fue el alivio de los síntomas depresivos medidos por el cambio en el GRID-HDRS total17 puntaje desde el inicio hasta la semana 16. Los pacientes recibieron una sesión de TCC de 50 minutos a la semana durante 16 semanas. Si se considera necesario, los pacientes pueden recibir hasta 4 sesiones adicionales.

De los 80 pacientes originales, 78 fueron evaluados para el resultado primario y 73 fueron seguidos durante 12 meses. En comparación con la terapia de control, la TCC suplementaria mejoró significativamente los síntomas depresivos a las 16 semanas. Los mínimos cuadrados mayores significan cambios en GRID-HDRS17 se observaron en el grupo de intervención en comparación con el grupo control (–12,7 frente a -7,4; diferencia = –5,4; PAGS <.001). El beneficio del tratamiento se mantuvo a los 12 meses de seguimiento (–15.4 vs -11.0; diferencia = –4.4; PAGS = .002). En contraste, las medidas de resultado secundarias autoevaluadas (Beck Depression Inventory-II y QIDS-SR score) mostraron diferencias no significativas en ambos grupos.

Las limitaciones del estudio incluyen un tamaño de muestra relativamente pequeño, una población de pacientes altamente motivada que puede limitar la generalización de estos hallazgos y la incapacidad para controlar la medicación antidepresiva. No obstante, los investigadores sostienen que estos resultados son prometedores y que se justifica la investigación adicional.

Referencia

Nakagawa A, Mitsuda D, Sado M, et al. Efectividad de la terapia cognitiva conductual complementaria para la depresión resistente a la farmacoterapia: un ensayo controlado aleatorio. J Clin Psychiatry. 2017; 78 (8): 1126-1135.

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